martes, 22 de enero de 2008

el Reto de la Mitigación

El cambio climático es un problema con complejas interacciones entre procesos climáticos, ambientales, económicos, políticos, institucionales, sociales y tecnológicos.
La puesta en práctica de las medidas para la reducción de las emisiones de los gases de efecto invernadero requiere la superación de muchas barreras técnicas, políticas, culturales, económicas e institucionales, que son diferentes según los países y regiones. En muchos de ellos, la pobreza limita la capacidad de adoptar nuevas tecnologías o introducir cambios de comportamiento. En los países industrializados, en cambio, las oportunidades de futuro residen en la eliminación de obstáculos sociales y culturales.
Así las respuestas han de venir desde todos los ámbitos:
  • El internacional, con acciones coordinadas entre países que ayude a reducir los costes y a afrontar asuntos como las normas de comercio internacional y los sumideros de carbono (áreas arboladas que absorben carbono parte del origen del problema) con medidas como; la transferencia de tecnología, reducción coordinada a los subsidios de los combustibles fósiles, acuerdos voluntarios con industrias o el comercio de emisiones.
  • El Nacional y Regional, con instrumentos políticos para limitar o reducir las emisiones con medidas como impuestos a las emisiones, acuerdos voluntarios, inversiones públicas, apoyo a la investigación, exigencia de determinados estándares de eficiencia energética, el etiquetado ambiental, campañas de información, etc. Sin olvidar que dichas políticas pueden ayudar a un desarrollo sostenible siempre que sean conscientes de unos objetivos sociales más amplios que pueden dar beneficios extensivos a campos como; la salud humana, el empleo, la protección de los bosques, los suelos, las aguas, la innovación tecnológica, etc.
  • El Personal, que mediante una concienciación del problema nos permita colaborar en las acciones y esfuerzos institucionales e incluso promover y exigir medidas correctoras en los diversos ámbitos en los que nos movemos como el personal, el familiar, la empresa donde trabajamos o de las que obtenemos tanto servicios como productos y las instituciones a todos sus niveles.
La limitación o reducción de las emisiones de gases invernadero y el aumento de los sumideros de CO2 es uno de los objetivos estrella en las políticas de mitigación que se empiezan a acometer.
Afortunadamente empiezan a emplearse algunas de las novedades que mejoran la capacidad de respuesta del Ser Humano ante estos retos como: la mejora en la eficacia y gestión energética, el cambio de a los combustibles de biomasa y con bajo contenido en carbono, las energías renovables, las tecnologías de emisión cero, la reducción de subproductos industriales y el almacenamiento subterráneo de dióxido de carbono.
Sin olvidar tampoco a los bosques, tierras agrícolas y otros ecosistemas terrestres que ofrecen un potencial de mitigación significativo. Además el "almacenamiento" del carbono por estas zonas vegetales puede dar tiempo a que se desarrollen y pongan en marcha otras opciones. Este tipo de mitigación es la que se denomina biológica en la que se pueden seguir tres estrategias:
  • (a) la conservación de las reservas de carbono existentes
  • (b) la fijación de carbono por aumento de las mismas
  • (c) y la promoción de productos biológicos producidos de manera sostenible.

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